Oh, Gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas,
guarda de la Iglesia, vencedor, terror
y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos,
te dignes librar de todo mal
a los que a ti recurrimos con confianza.
(Aquí piensa en tus miedos o haz tu petición)
Que tu favor nos ampare!
Que tu fortaleza nos defienda...
y que mediante tu incomparable protección
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor.
Que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte,
para que defendidos por tu poder
del infernal dragón y de todas sus asechanzas,
cuando salgamos de este mundo seamos presentados
por ti libres de toda culpa ante la Divina Majestad.
Amén!
PIDAMOS NOS ALEJE DE ENVIDIAS, MALAS VIBRAS,
PERSONAS NEGATIVAS, GENTE INTERESADA
Y DE DURO CORAZÓN...
PIDAMOS NOS ALEJE DEL PELIGRO,
DE LA TENTACIÓN,
DE LUGARES NO SANTOS ...
PIDAMOS NOS APARTE DE LA ENFERMEDAD,
DE TODO TIPO DE MAL, DE TODO TIPO DE ENEMIGO
Y DE TODA FALSEDAD.
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